sábado, 28 de noviembre de 2009

para los fanaticos de naruto aqui puedes leer sus mangas

sábado, 14 de noviembre de 2009


El manga nace de la combinación de dos tradiciones: La del arte gráfico japonés, producto de una larga evolución a partir del siglo XI, y la de la historieta occidental, afianzada en el siglo XIX. Sólo cristalizaría con los rasgos que hoy conocemos tras la Segunda Guerra Mundial y la labor pionera de Osamu Tezuka. si quieres aprender a dibujar manga pulsa aqui

Paso 1: Dos cabezas mejor que unaLos personajes Chibi tienen solo 2 cabezas de altura. Comienza el dibujo juntando 2 ovalos del mismo tamaño, uno encima de otro.


Paso 2: Cabeza grande, cuerpo pequeñoAhora que sabes el poco espacio que tienes para hacer el cuerpo, boceta alguna buena pose. Para construir el cuerpo usa tecnicas similares a las que usarias con un cuerpo de tamaño regular. Construye un maniqui hecho con formas basicas. Los brazos y las piernas se estrechan a un punto redondeado.


Paso 3a: Manos - Lo que debes y no debesDEBES: hacer una mano pequeña y bien formada, como la mano de un bebe. Brazos regordetes estrechandose hacia los dedos pequeños y refinados.NO DEBES: Hacer una mano cartoon al estilo Mickey Mouse.


Paso 3b: Pies - Lo que debes y no debesDEBES: Estrechar la pierna en direccion hacia abajo hasta llegar a un extremo diminuto. Haz una pequeña linea para separar el pie de la pierna. Como un pequeño zapato de bailarina. oohhh... que bonito.NO DEBES: Hacer un pie Disney Lu Lu. La pierna debe continuar en linea recta hasta el pie. No definas el tipico pie.


Paso 4: Definir los rasgos clave.A partir de aqui es bastante sencillo. Añadele algo de ropa y comienza a añadir los detalles. La boca es como la letra "D" girada 90º. La nariz no se define como una linea. Es mejor omitirla o definirla con una sombra si decides darle color al dibujo


.Paso 5: Pasando a limpio:Usa una goma de masa y borrra las lineas de ayuda que usaste al oscurecer las lineas definitivas. Wuuuuala! Aqui podemos ver el trabajo terminado .. con un poco de kolor ...

La caricatura ha sido desde el comienzo de la historia un tipo de representación exagerada de unos personajes o de unos hechos con el fin de poder trasmitir un mensaje, una idea, la mayoría de veces sarcástica sobre una cuestión determinada.
Es por este motivo que desde siempre, el hombre recurrió a realizar una serie de trazos bien expresivos, bien simbólicos, pero tremendamente simples con los que trasmitir ideas por medio de las imágenes y así llegar a un mayor número posible de espectadores a los que convencer de tales ideas.
La caricatura es un tema más interesante de lo que a primera vista pueda parecer. Ya Azorín escribía en 1913 a propósito del humorismo: “El capítulo de eutrapelia, del divertimento espiritual es sumamente importante en la historia del desenvolvimiento humano; haciendo la historia de la ironía y del humor, tendríamos hecha la sensibilidad humana y consiguientemente la del progreso, la de la civilización. La marcha de un pueblo está en la marcha de sus humoristas”.[1] Baudelaire por su parte opinaba: “Sin duda alguna, una historia general de la caricatura en sus relaciones con todos los hechos políticos y religiosos, graves o frívolos, relativos al espíritu nacional o a la moda, y que han agitado a la humanidad, resultaría una obra gloriosa e importante”.[2] Por su parte Gombrich ponía de manifiesto la trascendencia de la labor del dibujante cómico: “El dibujante por desdeñable que sea su calidad artística, tienen más probabilidades de impresionar en una campaña de odio que el orador de masas y el periodista.”[3] Su interés radica, no ya sólo en la calidad de las obras (quienes siguen los vaivenes estilísticos del momento) sino en la enorme cantidad de información que estas humildes obras pueden proporcionarnos pudiendo asistir y revivir todos los acontecimientos, desde los más triviales a los más importantes y además podemos hacernos una idea perfectamente clara de la forma de pensar de aquellos individuos en aquellos momentos. Por todo ello el humor gráfico nos proporcionaba información en tres aspectos importantísimos: el cultural, el estilístico y el sociopolítico.
Los primeros ejemplos que encontramos son los del antiguo Egipto. Todos los autores que se han encargado de estudiar el tema, coinciden en remontar sus orígenes hasta las culturas Mesopotámicas, Precolombinas, egipcias...;[4] así Gaya Nuño señala por lo que se refiere a Egipto[5] que en diferentes papiros como el del British Museum, el de el Museo Arqueológico del Cairo o el Museo de Egiptología de Turín (todos pertenecientes a la XX dinastía), aparecen representados varios animales como el asno, el león, el cocodrilo o el mono, tocando instrumentos dentro de un lujoso ambiente, o incluso una escena en la que una rata sentada en un trono recibe como ofrenda una flor de loto por parte de un gato, escena que es contemplada por otras ratas que portan atributos reales.[6] (Figura nº1).
Otro de los periodos en donde más florecerá la caricatura del Antiguo Egipto, es en el de la XVIII dinastía, fundamentalmente en el periodo Amarniense, momentos en los que tras la reforma de Amenofis IV (Akenaton) se produce una fuerte crítica a toda su política de cambios, en este sentido son famosos los "graffiti" encontrados en las antiguas murallas de Tebas representando de manera muchas veces soez a Nefertiti y Akenaton.
Pasando a otra cultura la época griega es rica en representaciones caricaturescas, cuya evolución va respondiendo a los diversos conceptos que sobre el tema de lo "cómico" aparecen en su filosofía, así desde un punto de vista teórico esta ciencia se preocupaba por indagar la esencia y el valor moral de lo cómico analizando su aspecto estético, ejemplo de toda esta preocupación lo encontramos en Platón quien no contempla nada bueno en la hilaridad,[7] o de Aristóteles quien la considera de escaso interés, motivo por el cual no se le ataca directamente, más bien se la elude,[8] sin embargo una generación posterior con Teofrasto (discípulo de éste último) se empieza a ver ya lo cómico como algo positivo;[9] y de esta forma es cuando la literatura y el Arte nos empezarán a mostrar los más claros y ricos ejemplos de caricaturas. De entre los cuales y a modo de ilustración se podrían citar los siguientes:

a) Cerámica griega del siglo V a.c. que se conserva en el museo de Florencia, y representa a la figura de Eneas con Aquiles y Ascanio, todos ellos con cabezas de animales.(Figura nº2)
b) Ánfora Póntica del Museo de Munich representando una parodia del Juicio de París
c) Kylix ático del Museo del Vaticano del siglo V a.c. en la que se representa a Esopo aprendiendo de una zorra, muy en la línea de la sátira aristofanesca "Las Nubes" (Figura nº3)
d) Por otro lado existen un buen número de figurillas ridículas de época helenística que nos recuerdan más a las máscaras y a los tipos de la farsa griega y de la comedia nueva.
e) Cerámicas áticas del siglo V a.c. en donde se dibujan los aspectos más embarazosos de la vida fisiológica del individuo.
f) Diversas parodias de la Iliada o de escenas dionisiacas representadas en la cerámica en donde lo cómico encuentra un terreno abonado.
En todos estos ejemplos como se puede apreciar, encontramos su fuente recurrente o bien en los poemas homéricos o bien en el teatro, sobre todo del de género popular del siglo IV a.c.; siendo realmente escasas cualquier otro tipo de representaciones, a no ser, claro está, de las exageraciones y deformaciones que con carácter intencionado se introducen en la pintura o en la escultura de un personaje. De esta forma encontramos en Grecia el nacimiento de las dos fuentes principales de la caricatura que se darán a lo largo de toda la historia, esto es:
1) Escenas que conducen a la hilaridad por su tema, tal y como aparece en la literatura (por su contenido)
2) Escenas que conducen a la hilaridad por su representación grotesca y deforme (por su forma)
Por lo que se refiere a los artistas-caricaturistas del momento, pocas son las noticias que tenemos, tan sólo alguna referencia más o menos explícita, citada por algunos escritores así Aristóteles cita a un tal Poson, calificándolo de "pintor malévolo", al igual que Aristófanes quien se refiere a él en estos términos: "... No volverás a ser el juguete del infame Poson..."[10] o Luciano en su obra El Elogio de Demóstenes, quien también lo menciona. En cuanto a otros artistas, Champfleury [11] cita según recoge Plinio, a Pirálicus, Cálates, Bupalus, Ctsicolo, Atenis, Clesides, Antífilo y Galatón. Todos ellos pintores de cerámica y por lo tanto alejados del "Arte Oficial", teniendo de esta forma una mayor libertad para mostrar su ingenio. Característica esta última inherente al caricaturista de todos los tiempos.
En Roma el bagaje filosófico sobre lo cómico no será tan extenso como en el caso de Grecia, pero sí importante, de esta forma es interesante señalar las opiniones reflejadas por Dionisio de Prusa, reivindicando el valor moral de la risa y de la sátira de costumbres; Plutarco, estableciendo en la risa una función ética y transformando la estética de lo cómico en rígido moralismo; Plinio, teorizando sobre lo cómico;[12] Fabio, siguiendo y completando el discurso anterior;[13] y Cicerón, recogiendo en esencia todo lo anteriormente apuntado, entre otros